Introducción
Alabado sea Dios, Señor del Universo, y que la paz y las bendiciones sean con nuestro Profeta Muhámmad, con su familia y sus compañeros.
Dios, el Altísimo, dijo el Corán: ‚Di: ‚¡Gente de las Escrituras1 ! Los convoco a un acuerdo común entre nosotros y vosotros: no adoremos más que a Dios, sin asociarle nada. No adoptemos a otros señores aparte de Él‛. Y si responden con desdén, digan: ‚Sean testigos que nosotros obedecemos a Dios‛ [Corán 3:64]
El Islam es la religión de la naturaleza original del ser humano. Concede a cada persona el derecho de inquirir e investigar acerca de cualquier asunto, pero no concede el derecho a todas las personas para contestar a estas preguntas. El Islam no profesa misterios ocultos ni temas tabúes; incentiva a las personas a preguntar con honestidad acerca de todo. Dios el Altísimo dijo: ‚Di: ‚lo que de verdad ha prohibido mi Señor son las indecencias, tanto las públicas como las ocultas; la maldad, el abuso, que asocien con Dios aquello sobre lo que no ha revelado ninguna evidencia, y que digan sobre Dios lo que no saben‛ [Corán 7:33]
Distinción de las cualidades del Islam
La religión del Islam completó e integró todas las legislaciones anteriores a ella. Dios el Altísimo dijo: Te hemos revelado el Libro con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados anteriores‛ (Corán 5:48)
Lee mas +El aspecto espiritual del Islam
Dios es el Propietario y Amo de todo lo que existe, y quien dispone de todos los asuntos34. Dios dijo: ‚Ciertamente vuestro Señor es Dios, Quien creó los cielos y la Tierra en seis días, luego se estableció sobre el Trono. Hace que la noche y el día se sucedan ininterrumpidamente. Y creó el sol, la luna y las estrellas sometiéndolos a Su voluntad. ¿Acaso no Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las órdenes según Le place? ¡Bendito sea Dios, Señor del Universo!‛ (Corán 7:54)
Lee mas +Los principales objetivos del Islam
Entre los principios fundamentales del Islam se encuentran la preservación de la religión, de la vida, del honor, de la propiedad privada, de la salud mental, de la familia y la protección del débil o del incapacitado.Lee mas +
Ruego al lector que al leer este libro haga a un lado cualquier prejuicio o imagen previa que tenga acerca del Islam, y que intente llegar a la verdad, no para descubrir errores ni atribuir culpas, sino leyéndolo de una manera objetiva, sin prejuicios emocionales. Dios, Altísimo sea, dijo: ‚Y si se les dice: ‘Sigan lo que Dios ha revelado’, responden: ‘Nosotros seguimos lo que aprendimos de nuestros padres’. ¿Lo harán aún cuando sus padres no fuesen razonables, ni estuviesen bien guiados?‛ (Corán 2: 170)
La razón para esto es que la persona civilizada que goza de pensamiento lógico y racional, no se convence de algo sino hasta después de examinarlo y comprenderlo, y recién entonces debe aplicar lo que entendió, así como comunicarle a los demás lo que sabe para tratar de corregir los errores existentes. Debo admitir que no he abarcado absolutamente todos los aspectos del Islam en este pequeño libro, debido a su vastedad. El Islam, como hemos dicho, es un sistema universal que regula todos los asuntos de la existencia humana en esta vida y en la otra. Para llevar a cabo eso, habrían hecho falta varios volúmenes para discutir cada uno de sus aspectos. Me he limitado a enfocarme en algunos tópicos básicos acerca del culto y la moral islámica.
Alguien podría argumentar que la ley islámica adoptó medidas de los sistemas legales actuales, y que algunas de sus medidas pueden ser halladas en los sistemas legales modernos. Este argumento puede ser rebatido fácilmente, simplemente sabiendo que la ley islámica fue revelada hace más de catorce siglos, y ha permanecido sin cambios desde entonces. Si acaso algo puede decirse, es que las leyes modernas implementadas por estas sociedades habrán tomado medidas de la ley islámica. Más aún, muchos orientalistas han estudiado la ley islámica por varios motivos, y con objetivos que muy lejos estaban de desmitificarla y explicarla con claridad, sino ocultar las verdaderas fuentes, sugiriendo posibles fuentes mundanas.